JOSÉ ALONSO 16 de junio de 2015.

Ayer Fernando Suárez mostró su versión más agria, harto ?dijo? de asistir como invitado de piedra para asentir a lo que la Xunta decide y, aún encima, tener que escuchar que se aboga por el diálogo. En este punto no está de más recordar que Suárez es el responsable de que la Xunta haya redactado un plan de conservación de As Catedrais. Muchos ironizaron con lo mediático que era cuando publicaba vídeos en Internet alertando de la cantidad de gente que se congregaba y que amenazaba el espacio natural. Salía en periódicos, televisiones, pidiendo una regulación, pero no una prohibición, no un límite. Incluso la Xunta reconoce que actuó porque se lo pidió el alcalde y la Diputación. Pero Suárez se encontró con que a la hora de la verdad la Xunta ignoró sus planteamientos de más calado, sus ideas, ni siquiera la solicitud de habilitar un apeadero de Feve. En cambio, se hace en Reinante, en Barreiros. Y Suárez, ayer, explotó, a la cara de la conselleira, con una larga lista de reproches. Porque el plan, sin duda, contribuirá a conservar As Catedrais, pero no es menos cierto que a Ribadeo se le ha privado del protagonismo y liderazgo que probablemente le correspondía.