Camino de los dos meses del estado de alarma por la pandemia, su impacto laboral comienza a percibirse en su verdadera dimensión. Desde que hay estadísticas, nunca hubo tantas personas sin trabajo en A Mariña. Quedaron sin ocupación 7.291, 4.054 registradas como demandantes de empleo y 3.237 que tampoco trabajan porque están afectadas por ERTE (expediente de regulación temporal de empleo).

Ni en enero de 2013, cuando la crisis de 2008 golpeó con más fuerza al norte lucense, había tantos desempleados. Siete años atrás, en lo que hasta ahora es el techo del paro en los quince municipios de la comarca, buscaban trabajo 5.910 ciudadanos. Ahora son menos, contando solo a los anotados en las oficinas de empleo. Pero ese dato es un reflejo parcial de la realidad. Tampoco tienen ocupación los incluidos en ERTE, aunque el Gobierno no los considera parados porque sus contratos han sido suspendidos, no rescindidos. Con cargo a fondos públicos, perciben al menos el 70 % de su salario, a diferencia de los parados sin prestación.

Cuando una mínima parte de los regulados temporales comienzan a reincorporarse por la reapertura, parcial y a cuentagotas, de negocios cerrados por el coronavirus, estadísticas del Servicio de Empleo Público Estatal y de la Consellería de Economía, Emprego e Industria revelan que el 16,78 % de los mariñanos en edad de trabajar no pueden hacerlo. Contando solo los anotados como demandantes de empleo, serían el 9,33 %.

Sin la información facilitada por Economía sobre los ERTE, faltaba un dato clave sobre el primer golpe de esta crisis en el mercado del trabajo, la economía y la sociedad de A Mariña. De 70.784 ciudadanos censados, 43.430 tienen edad laboral, según el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto Galego de Estatística. Con el covid-19, diecisiete de cada cien están en casa. Son más del doble que los ocho sin ocupación que había en agosto de 2016, en plena temporada turística. También superan ampliamente a los de otro período sin visitantes, marzo de 2017, cuando diez de cada cien mariñanos en edad de trabajar no lo hacían.

Uno de cada cinco mariñanos en edad laboral quedaron sin ocupación

El impacto de la crisis derivada del covid-19 en A Mariña indica que casi uno de cada cinco mariñanos en edad laboral carecen de ocupación. El porcentaje medio del 16,78 % dibuja un escenario siempre vinculado a los habitantes de los municipios. Pinta peor en los más poblados y más ligados al turismo, mientras en los rurales resisten mejor.

Ribadeo, 21,74 %. De los 6.099 censados en edad de trabajar, 1.326 están ahora sin ocupación.

Viveiro, 19,93 %. Con una población activa de 9.759 personas, 1.945 no trabajan actualmente.

Cervo, 17,22 %. Son 2.613 vecinos en edad laboral, y 450 están en paro o afectados por ERTE.

Burela, 16,57 %. Suman 6.491 personas de entre 16 y 65 años, de las cuales 1.076 no trabajan.

Foz, 16,23 %. De sus 6.201 ciudadanos en edad de trabajar, 1.007 carecen de ocupación.

Barreiros, 14,95 %. Con 1.712 censados que podrían emplearse, paro o ERTE afectan a 256.

Mondoñedo, 13,10 %. Su población activa son 2.000 personas, 262 están ahora sin trabajo.

Lourenzá, 12,91 %. De sus 1.200 vecinos de entre 16 y 65 años, 155 quedaron sin ocupación.

Xove, 12,21 %. Parados o por ERTE están 245 de sus 2.005 censados que podrían estar activos.

O Vicedo, 12,20 %. 114 de los 934 residentes en edad laboral permanecen actualmente inactivos.

A Pontenova, 11,54 %. Tiene 1.273 con opción a trabajar, 147 de ellos parados o en ERTE.

Ourol, 10,93 %. De 512 trabajadores potenciales, 56 no lo hacen.

O Valadouro, 8,89 %. 97 de sus 1.091 vecinos activos no lo están.

Trabada, 7,31 %. Con 629 en edad laboral, 46 no trabajan.

Alfoz, 6,25 %. Inactivos 57 de 911 vecinos que podrían trabajar.

El covid-19 aboca a 895 empresas a prescindir de asalariados

Con información de tres fuentes oficiales, el estadillo que acompaña este texto detalla el impacto laboral de la pandemia en los quince municipios del norte lucense. Hasta este martes la Consellería de Economía, Industria e Emprego ha tramitado 895 ERTE de empresas del norte lucense. Obligadas al cierre o con su actividad reducida a su mínima expresión por el confinamiento que paralizó a la sociedad, se han visto abocadas a prescindir de 3.237 asalariados. Contratos suspendidos totalmente y, la minoría, con reducciones de jornada.

Sin ingresos o con una caída de su facturación habitual de al menos el 75 %, el Estado exime a esos empresarios del pago de las cotizaciones de la Seguridad Social de sus empleados. A estos el Estado les abona el 70 % de sus sueldos, y el tiempo que permanezcan inactivos ahora no se descuenta del paro que puedan percibir si pierden sus puestos.

Los municipios más poblados y con más comerciantes y hosteleros concentran el 76 % de las empresas que han optado por ERTE. Viveiro (218), Ribadeo (191), Foz (141) y Burela (127) suman 677 de los 895 presentados.