A Mariña posee siete panteones en el cementerio de Colón, en La Habana

A Mariña posee siete panteones en el cementerio de Colón, en La Habana

El de Viveiro y su Comarca, inaugurado en 1950 por José Pernas, cuenta con 112 nichos, y el de San Miguel y Reinante tiene esculpidos los nombres de los enterrados

MARTÍN FERNÁNDEZ01 de noviembre de 2015.

Si es verdad, como decía Borges, que la patria son los muertos -los hombres y mujeres que perviven en nosotros- Cuba es la patria de miles de mariñáns pues allí descansan, para siempre, muchos de sus antepasados.

Los emigrantes de A Mariña en Cuba construyeron, a través de sus sociedades, siete panteones en el Cementerio de Colón de La Habana, una de las necrópolis más extraordinarias del mundo, declarada Monumento Nacional por su valor artístico, y uno de los lugares más visitados de la capital cubana. Mide 57 hectáreas y fue construido entre 1871 y 1886.

De los siete panteones, el más reciente es el de la sociedad Vivero y su Comarca. Fue inaugurado en 1950 siendo presidente José Pernas. Está construido en piedra y mármol y cuenta con 112 nichos y 995 osarios. Su volumen es de 2.400 metros cúbicos y mide 12 metros de ancho, 10 de alto y 20 de largo.

En el interior, tiene un altar central rematado en cruz y una vidriera con dibujos de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en el centro, con los escudos de Cuba y Galicia a los lados.

El más antiguo

El panteón más antiguo es el de Hijos de Lorenzana. Se edificó en 1930 cuando ostentaba la presidencia de la sociedad José Fanego López. De 8 bóvedas y 137 osarios, su volumen alcanza los 160 metros cúbicos y sus medidas son similares a los restantes panteones de los mariñáns: 3,5 metros de alto, 6,5 de ancho y 7,5 de largo.

El de Emigrados de Riotorto es también de 1930. Una inscripción sobre una gran placa de mármol recuerda la tierra y las señas de identidad: «Esta reliquia extraída de las canteras de Riotorto será el vigía eterno de los que aquí descansan».

Trabada, A Pontenova, Barreiros

Hijos de Trabada inauguró su panteón social en 1932, el mismo año en que Hijos del Valle de Oro abrió el suyo con 8 bóvedas y un volumen de 161 metros cúbicos. Este osario tiene un frontis de mármol con una cruz de mosaico negro incrustrada y, encima, una escultura de un ángel a tamaño natural. La pieza fue donada por el socio José Acebo Rey en 1944.

Nombres de los fallecidos

En 1942 abrieron sus panteones las sociedades de Vilameá y Vilaodrid (A Pontenova) y la de Hijos de San Miguel y Reinante. Esta última cuenta con ocho bóvedas, una gran cruz y mármoles con nombres de fallecidos según su lugar de procedencia. Entre otros, en las lápidas aparecen Narciso Ríos Rocha, Antonio Méndez Calvo, Ramona Mosquera Otero, Mauricio Maseda Vázquez, fallecidos entre 1964 y 1966, de San Miguel y Reinante. O Domingo Dorado, Mauricio Rego, Domingo Otero, Hortensia Reyes, Soledad Prieto Rocha o Pedro Gómez, muertos entre 1943 y 1946, de Barreiros.