Agosto está a la vuelta de la esquina y A Mariña espera el mes de mayor provecho turístico del año con una escasez de socorristas que ya no es novedad, pero que será en esta ocasión más acusada que nunca. Casi ningún Concello del litoral ha logrado los profesionales que considera necesarios para cubrir el servicio y la situación es especialmente complicada en Barreiros, con una lancha para vigilar ocho kilómetros de playas abiertas al mar y llenas de bañistas. Tras el reciente fallecimiento de un usuario en Arealonga, este déficit llegó ayer al pleno, después de que el PP formulase una pregunta y un ruego sobre el servicio, reclamando al gobierno local que «cumpra debidamente o litoral no tramo que lle corresponde».

Aunque con playas más resguardadas, O Vicedo es otro ejemplo de las dificultades que tienen los gobiernos locales. No logró contratar a ningún socorrista, por lo que arenales tan concurridos como Xilloi y Abrela carecen de este servicio.

En Ribadeo, que cuenta con doce socorristas, un jefe de equipo y tres sanitarios, quedaron tres plazas vacantes tras varias convocatorias de empleo, lo que imposibilita cubrir las playas de Os Bloques y Esteiro. Burela logró contratar a cinco, suficientes para proteger a los bañistas en Portelo y A Marosa, pero no en Ril. En Cervo, donde el gobierno local fichó a cinco profesionales, O Torno tendrá servicio pero no fue posible habilitarlo en Cubelas. Viveiro salvó con lo justo -seis titulados- sus banderas azules, Area y Covas.

Xove, la excepción a la regla

Foz cubre A Rapadoira, Llas, Peizás, Polas y Areoura, con diez socorristas con un coordinador, seis auxiliares y dos sanitarios. La excepción a la regla es Xove: el recurso utilizado por el Concello fue adjudicar el servicio a una empresa, un modelo distinto que ante la situación actual podría llegar para quedarse. Cuenta con seis vigilantes que cubren Esteiro, Lago y Portocelo.

La alcaldesa barreirense, Ana Ermida, admite que la situación es «moi seria», aunque asegura que es la propia normativa autonómica la que pone trabas a la ya difícil contratación, al reclamar a los socorristas una costosa y exigente formación, al tiempo que no permite contratar a más de un auxiliar por cada dos profesionales de socorrismo. En años anteriores y ante la escasez de profesionales, el Concello tiró de esta posibilidad para que las alertas fuesen más ágiles.

«Mentres non se modifique este decreto non haberá maneira. Non hai demanda deste traballo porque non compensa formarse todo o ano para traballar dous ou tres meses. A lexislación non está adaptada á realidade deste oficio, que é a de xente moza que se incorpora ao mercado laboral. Ninguén vai deixar o seu emprego por un posto estacional. Nin sequera se prorrogaron as antigas licenzas», apunta la regidora.

«Nós mantemos a convocatoria aberta e non somos dos Concellos que menos pagamos, pero estamos a competir entre nós e normalmente os socorristas prefiren non desprazarse», expone Ermida, que pone como ejemplo la mayor demanda de trabajo en Asturias, donde la titulación requerida es menos exigente.

Reclamaciones similares a las de la regidora de Barreiros se escuchan en municipios como Foz, Ribadeo o Burela, donde el edil de Turismo, Ramiro Fernández Rey, indica que «estase a cubrir co mínimo en toda Galicia, porque aquí pídense requisitos por riba da media», resalta.

¿Y los arenales sin vigilancia?

En los arenales sin socorristas de una comarca como A Mariña, que multiplica población en agosto, habrá que llamar al 112 Galicia para advertir de posibles emergencias. En ese caso, y de no haber posibilidad de desplazar socorristas desde un puesto de vigilancia cercano, prestarán atención los profesionales del 061.

Los profesionales de ambulancias cuestionaron desde 2019 la decisión de la Xunta de que la ambulancia medicalizada de A Mariña -con base en Foz- cuente con un técnico sanitario menos, lo que aumenta los tiempos de atención al dificultar la localización de los lugares y el manejo de los pacientes, denunciaban.