La cima de O Comado, en Barreiros, es una atalaya desde donde en días claros se contemplan espectaculares panorámicas de la costa, que abarcan desde un extremo ya en la provincia de A Coruña hasta bien entrada Asturias. En ese solitario lugar, hace un par de años el Concello de Barreiros instalo un banco, en un gesto que podía parecer pintoresco, pero que sorprendía gratamente a quienes llegaban a O Comado. Y no son pocos, porque la cumbre es uno de los lugares más frecuentados por los parapentistas (buen ejemplo fue este pasado fin de semana, cuando acudieron escuelas de diversos puntos de Galicia a una de las mejores plataformas de despegue que existen en la comunidad).

Pero ocurrió lo imprevisible, lo inesperado: a finales de 2017 alguien lo destruyó. No fue un gesto visceral, sino meditado en un lugar sin una casa en varios kilómetros en la redonda, adonde alguien tuvo que molestarse en subir herramientas para perpetrar el atentado. El banco era de un paseo marítimo, que el Concello decidió aprovechar. Hasta que un vándalo lo destrozó.

El banco, que bien podría competir con el de Loiba, fue repuesto después. Pero la sinrazón se ha impuesto de nuevo. Ahí está, hecho añicos otra vez, sin que nadie se lo explique.

¿A quién molesta?