Viendo la siguiente foto, no me extraña que pasara lo que paso, ya que se puede ver que las piedras están completamente sueltas

“Nos cayeron varias piedras a un metro un poco antes y avisamos del peligro”La imagen puede contener: exterior y naturaleza

 Existe riesgo de más desprendimientos en la playa. JOSÉ Mª ALVEZ

Un matrimonio relata que solo unos minutos antes hubo un desprendimiento junto a ellos y sus hijas de tres y un año de edad ►El catedrático de la USC Pérez Alberti asegura que ya se había advertido a la Xunta de que el riesgo de algo así era muy elevado

La sucesión de temporales que están afectando a la comarca de A Mariña desde hace meses parece haber hecho mella en el estado de los delicados acantilados de As Catedrais. Este mismo sábado una mujer relataba cómo ella, su marido y sus hijas de tres y un año de edad estuvieron a punto de sufrir un accidente similar al de la joven pucelana.

La mujer relató que las piedras cayeron a tan solo un metro de sus dos hijas. Enseguida lo puso en conocimiento del personal de la Xunta, que le aseguró que comunicaría lo sucedido, “pero no me ha hecho demasiado caso”, dijo.

Añadió que solo un poco después, aún en la playa, vio lo sucedido a Irene Valadrón y sufrió un ataque de nervios por el que tuvo que ser ayudada a salir de la playa.

HUBO VARIOS AVISOS DEL PELIGRO SERIO DE DESPRENDIMIENTOS

Algunos especialistas en geología recordaron que lo sucedido este sábado no era nada extraño y que, de hecho, ellos mismos habían advertido a la Xunta de que los desprendimientos son un riesgo muy alto en la playa de As Catedrais. Uno de los más destacados en pronunciarse, en declaraciones a Europa Press, fue el catedrático de Geografía Física de la Universidade de Santiago de Compostela, Augusto Pérez Alberti, quien aseguró que “la Xunta tendría que haber escuchado a los investigadores. No se puede decir que no se había avisado”.

En declaraciones a dicha agencia Pérez Alberti afirmó lamentar “muchísimo” el fallecimiento de la joven y aseguró que bajo su punto de vista “era algo previsible, yo llevo diciendo mucho tiempo que las visitas a zonas de acantilados tienen que estar mucho más reguladas y que me parecía un error que tanta gente pudiera acceder a la zona de As Catedrais, porque es un espacio reducido y con cuevas”, explicó.

El catedrático sostiene que el cupo de 4.812 personas diarias es excesivo y que debería reducirse, estimando que “hasta 800 serían muchos” porque “los acantilados no tienen ritmos estables, son aleatorios e inestables, pueden pasar temporadas largas estables, pero en determinado momento, se caen” y cita periodos de lluvias que provocan movimientos en masa.

VIDAL ROMANÍ. Quien también se había pronunciado hace tiempo de modo parecido aunque no tan tajante a este mismo diario fue el geólogo del Instituto de Geología Isidro Parga Pondal, Juan Ramón Vidal Romaní, quien había advertido de la necesidad de revisar los acantilados porque era consciente de que los desprendimientos iban a suceder “y contra la erosión del mar no se puede hacer nada”.

Concretamente, indicó que en el arenal ribadense “habría que elaborar un estudio geotécnico de detalle al menos cada cinco años a lo largo de las paredes visitables por las variaciones que sufre ese enclave”.